Como última directora ejecutiva de Boeing, el trabajo de Kelly Ortberg nunca iba a ser fácil. El miércoles las cosas se pusieron aún más difíciles. Esa mañana, Ortberg se había enfrentado a los inversores por primera vez y les había dicho que poner fin a una huelga debilitante del mayor sindicato de Boeing era el primer paso para estabilizar el negocio del fabricante de aviones. Pero a medida que avanzaba el día, quedó claro que casi dos tercios de los miembros del sindicato que votaron sobre la última oferta de contrato de la empresa la habían rechazado. La huelga de seis semanas continúa y le cuesta a Boeing aproximadamente 50 millones de dólares al día, retrasando el día en que pueda reanudar la producción de la mayoría de los aviones y poniendo a prueba aún más su cadena de suministro.Leer el artículo completo Comentarios
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