La startup de tecnología Kuva Space está trabajando con el Instituto Ambiental Finlandés (Skye) para analizar la salud de las aguas del país nórdico con un satélite especializado. La prueba piloto aprovechará los sensores hiperespectrales de Kuva, que pueden analizar un espectro de luz más amplio que los sensores tradicionales. Desde el espacio, la sonda de la compañía puede leer las firmas espectrales de casi cualquier material en la Tierra, incluidas las cianobacterias tóxicas. También conocido como algas azul verde, estos pequeños organismos proliferan en los lagos y mares de Finlandia durante el verano. En altas concentraciones, pueden ser dañinos e incluso fatales para los humanos y otros animales. Sin embargo, las cianobacterias son visualmente indistinguibles de otras flores de algas inofensivas. La forma más precisa de monitorearlos actualmente es tomar muestras de agua, lo cual es lento y costoso. El 💜 de la tecnología de la UE Los últimos rumores de la escena tecnológica de la UE, una historia del fundador de nuestro sabio fundador Boris y un arte de IA cuestionable. Es gratis, cada semana, en su bandeja de entrada. ¡Regístrese ahora! Kuva y Skye están explorando una alternativa potencialmente mejor. Los socios están entrenando modelos de IA en imágenes satelitales hiperespectrales, así como muestras de agua e ideas de la investigación bioquímica y genética. Con el tiempo, se espera que los algoritmos se vuelvan cada vez más precisos para rastrear las cianobacterias y decodificar lo que impulsa su propagación. «Estamos muy entusiasmados con este piloto con el espacio Kuva porque, en lugar de solo detectar la presencia de algas, podemos usar la tecnología hiperespectral y la IA de Kuva para explorar el rango espectral y dar un paso más allá de la identificación de qué especies de algas están presentes y evaluar su biomasa», dijo Jenni Attila, investigadora líder y gerente grupal en Skye. Kuva lanzó su primer satélite, Hyperfield-1A, en agosto de 2024. Para 2030, la startup planea tener 100 satélites en órbita. De la órbita, las sondas analizarán las composiciones químicas de los materiales naturales y artificiales. Además de detectar flores de algas nocivas, la tecnología se puede ajustar en órbita para varios otros casos de uso. El sector agrícola, por ejemplo, puede optimizar los sensores para monitorear los cultivos. Los ministerios de defensa pueden aprovechar los datos para la vigilancia. Los sitios industriales pueden desplegar las imágenes para detectar fugas químicas. En los ecosistemas marinos, la tecnología puede rastrear especies acuáticas, calidad del agua y buques pesqueros ilegales.
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