CANBERRA, 19 ago (Xinhua) — La COVID-19 prolongada le costó a la economía australiana miles de millones de dólares en 2022, según una nueva investigación. La investigación, publicada hoy, estimó que los trabajadores australianos que viven con COVID-19 prolongada le costaron a la economía 9.600 millones de dólares australianos (6.400 millones de dólares estadounidenses) en pérdida de productividad. Utilizando un modelo matemático, investigadores de la Universidad Nacional Australiana (ANU), la Universidad de Melbourne y la Universidad de Nueva Gales del Sur (UNSW) en Sídney calcularon que había 1,3 millones de australianos viviendo con COVID-19 prolongada en septiembre de 2022, incluidos 55.000 niños de cuatro años o menos. Quentin Grafton, economista y coautor del estudio de la ANU, dijo que hubo aproximadamente 100 millones de horas de trabajo perdidas en Australia en 2022 debido a que los trabajadores experimentaron síntomas continuos de COVID-19 meses después de su diagnóstico inicial. “Esto equivale a una pérdida promedio de ocho horas por persona empleada, por año, incluyendo tanto el empleo a tiempo completo como el de tiempo parcial”, dijo en un comunicado de prensa. “Estimamos que esto equivale a pérdidas para toda la economía, en promedio, de alrededor de 9.600 millones de dólares australianos en 2022, o una cuarta parte del crecimiento real del producto interno bruto de Australia ese año”. Según el estudio, los trabajadores de entre 30 y 49 años representaron más del 50 por ciento del total de horas laborales y productividad perdidas en 2022 debido a la pandemia prolongada. Grafton dijo que la investigación probablemente subestima el impacto económico de la COVID prolongada porque no tiene en cuenta la pérdida de productividad de los trabajadores sanos que cuidan a otras personas con COVID prolongada. Los investigadores utilizaron los hallazgos para pedir a los gobiernos y a los responsables de las políticas que pongan un mayor énfasis en la COVID prolongada como una prioridad de salud pública. Calcularon que para diciembre de 2024 hasta 873.000 australianos seguirán viviendo con COVID prolongada un año después de su infección inicial.