En la era digital actual, Internet juega un papel importante en la vida de los jóvenes, influyendo en cómo crecen y se desarrollan hasta convertirse en adultos de pleno derecho que se aventuran en el mundo real: desde recursos educativos hasta conexiones sociales, descubriendo las últimas tendencias de baile virales o Al ver videos instructivos sobre cómo cocinar pasta, el mundo en línea ofrece infinitas posibilidades y recursos. Atrás quedaron los días de aburrirse cuando tienes un boleto a un mundo de entretenimiento en la palma de tu mano. Y, con alrededor de 20 zettabytes de datos generados cada año (un zettabyte equivale a 100 mil millones de gigabytes, y un gigabyte es aproximadamente la cantidad de datos en una película de televisión), no hay riesgo de quedarse sin cosas nuevas para explorar. Ahora, los niños y adolescentes tienen acceso a más contenido que nunca. Y no lo saben: el tiempo promedio que un adolescente pasa frente a una pantalla es de más de 7 horas al día. Sin embargo, si bien este panorama digital en constante evolución puede favorecer el aprendizaje y la conexión, también conlleva una buena cantidad de riesgos y desafíos. El acoso cibernético, los depredadores sexuales, las invasiones de la privacidad, el malware, así como el phishing y otras estafas (todos causados, al menos en parte, por una conciencia y precauciones ineficaces o inexistentes sobre la privacidad y la ciberseguridad) pueden afectar negativamente no solo a la seguridad en línea de los jóvenes, sino también a su bienestar fuera de línea. -ser también. En estos años cruciales de desarrollo y crecimiento, los padres, tutores y maestros deben ayudar a los niños y adolescentes a navegar por el mundo en línea de forma segura y con confianza. ¿Cuáles son los riesgos a tener en cuenta? Parece que todos los días hay una nueva plataforma de redes sociales con la que familiarizarse o una nueva aplicación con la que jugar. Estas nuevas funciones conllevan nuevos riesgos y todos debemos estar atentos para navegar de forma segura por las últimas incorporaciones. Lo que podría parecer una nueva aplicación de mensajería inocente puede brindar muchas oportunidades para que estafadores, piratas informáticos y otros usuarios de Internet se aprovechen de jóvenes bien intencionados e inconscientes. 1. Acoso cibernético Aunque antes el acoso podía haber terminado cuando suena el timbre de la escuela, la conectividad constante significa que los más jóvenes ahora son vulnerables al acoso, la intimidación y la exclusión social dondequiera que vayan. Sin espacio para sentirse seguros, esto puede ser extremadamente perjudicial para su autoestima y su salud mental. 2. Uso indebido de la información compartida Las redes sociales han ganado popularidad: se espera que el número de usuarios de Instagram supere los 1.400 millones en 2024, mientras que se prevé que TikTok, que está de moda especialmente entre los adolescentes, alcance los 900 millones de usuarios este año. Pero el riesgo de que los más jóvenes se encuentren con usuarios malintencionados y/o compartan material explícito va de la mano. Ya sea un extraño en Internet o alguien conocido, una vez que el contenido se comparte en línea, se le quita el control al remitente y el material confidencial puede usarse indebidamente. Eche un vistazo a la campaña Think Twice de ESET Reino Unido para crear conciencia sobre los riesgos de la intimidad en línea. 3. Los sitios web y aplicaciones fraudulentos requieren el ingreso de información personal para «registrarse» o «descargar» contenido. Si esta información personal llega a las manos equivocadas, puede tener consecuencias negativas como robo de identidad, explotación financiera, invasión de la privacidad y chantaje. Además, con el aumento de los correos electrónicos de phishing y los sitios web falsos, los actores maliciosos tienen aún más vías para atacar. 4. Exposición explícita a contenido Las investigaciones muestran que la edad promedio en que un niño está expuesto a la pornografía es 13 años. Esta exposición temprana a contenido gráfico y sensible puede crear expectativas poco realistas y comportamientos poco saludables. 5. Adicción a Internet La nomofobia (el miedo a quedarse sin conexión a Internet) afecta a un enorme 90 % de los propietarios de dispositivos. Los peligros de la nomofobia incluyen la falta de sueño de calidad, el aislamiento social y una capacidad de atención reducida, algo que no es lo que los más jóvenes necesitan cuando intentan desempeñarse en la escuela y mantener una vida hogareña feliz mientras se mantienen mental y físicamente sanos. 6. Desinformación Se ha demostrado que los jóvenes confían más en lo que ven en línea y pueden ser más receptivos a información falsa o engañosa. Potencialmente, esto puede influir en sus creencias y perspectivas de una manera que afecte negativamente sus relaciones, valores y vida cotidiana. ¿Qué pueden hacer los padres y tutores? Es clave recordar que no todo es pesimismo. El espacio en línea ofrece un mundo de oportunidades, y los padres y tutores sólo necesitan las herramientas y la confianza para conversar abiertamente con sus hijos sobre sus experiencias en línea. Si bien puede resultar difícil decidir cuándo darles a los niños acceso a sus propios dispositivos digitales, los estudios muestran que la edad promedio a la que los niños obtienen su primer teléfono inteligente es los 11 años. A esta edad, los jóvenes todavía están descubriendo quiénes son y su lugar en el mundo, por lo que es aún más importante que un padre o tutor tenga conversaciones abiertas sobre la seguridad en línea. He aquí por qué: 1. Empoderar a los jóvenes con conocimiento El conocimiento es poder, especialmente cuando se trata de navegar las complejidades del mundo en línea. Es una gran idea asegurarse de que los niños estén familiarizados con las aplicaciones y funciones disponibles en estos dispositivos antes de adquirir los suyos propios. Por ejemplo, cuando tus hijos te vean usando el teléfono después de cenar, tal vez explícales lo que estás haciendo y por qué. Muéstreles las diferentes aplicaciones que tiene, qué hacen y cómo las usa. Si eres abierto con ellos sobre lo que estás haciendo, será más probable que sean abiertos contigo sobre sus propios hábitos en línea. ¿Alguna aplicación sensible a la edad que no quieras que vean? Vale la pena recordar colocarlos en una carpeta de ‘aplicaciones ocultas’ o ‘carpeta segura’, a la que solo puedes ingresar con una contraseña. 2. Apóyelos para sortear los obstáculos digitales Internet puede ser un campo minado de contenido inapropiado, acoso cibernético, estafas y robo de identidad, y no siempre es obvio qué es seguro y qué no. Participe en conversaciones abiertas para educar a sus hijos sobre los riesgos potenciales y equiparlos con estrategias para navegar de manera segura: enséñeles a evaluar críticamente la información en línea y a tomar decisiones conscientes sobre si es real o falsa. Muéstreles cómo reconocer y denunciar el acoso cibernético. las herramientas que pueden utilizar para proteger su información personal, como la autenticación de dos factores y un administrador de contraseñas y, si es necesario, ayudarles a configurarlas correctamente. Lo más probable es que los niños más pequeños estén más interesados ​​en los juegos que pueden jugar en sus dispositivos. Si ese es el caso, podrías mostrarles algunos de los más populares y dejarles claro qué es seguro y qué es una ventana emergente maliciosa que accidentalmente podría terminar cobrándote una pequeña fortuna (no, no necesitas pagar $60 por más monedas en Forest Island). 3. Fomentar hábitos saludables en línea Así como enseñamos a los niños la importancia de una alimentación saludable y hacer ejercicio, es crucial inculcar hábitos saludables en línea desde una edad temprana. Antes de comenzar directamente a permitir que sus hijos tengan total libertad en el espacio digital, aproveche la oportunidad para establecer límites en torno al tiempo frente a la pantalla, establecer pautas para el uso responsable de las redes sociales y fomentar la desintoxicación digital para mantener un equilibrio saludable entre las actividades en línea y fuera de línea. Al modelar usted mismo un comportamiento digital saludable y discutir su importancia, puede ayudar a sus hijos a desarrollar hábitos para toda la vida que promuevan el bienestar en la era digital. Para ayudar a mantener estos hábitos, las funciones de control parental disponibles en dispositivos y navegadores de Internet le permiten filtrar contenido, monitorear la actividad en línea de su hijo y establecer restricciones según sea necesario. 4. Manténgase a la vanguardia de los riesgos emergentes El panorama digital evoluciona constantemente y periódicamente surgen nuevas aplicaciones, tendencias y amenazas en línea. Hable con los niños sobre las últimas modas y riesgos en línea para que sepan que no todas las aplicaciones, usuarios web o plataformas sociales son exactamente lo que parecen. Cree un espacio seguro para que hagan preguntas sobre sus propias vidas en línea y asegúrese de que se sientan escuchados. De esa manera, se sentirán tranquilos y animados a acudir a usted si están molestos por algo que encontraron en línea. Entonces, abre el armario del chocolate y enciende la tetera: conviértelo en una conversación divertida e interesante donde todos puedan aprender sobre lo que sucede en las vidas de los demás en línea, fomentando la seguridad en línea y fortaleciendo su vínculo fuera de línea.

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