La reciente aprobación de la Ley de IA de la UE señala un momento crucial para Europa y su incipiente estatus como organismo que establece estándares globales en inteligencia artificial. Sin embargo, también sirve como una llamada de atención para el Reino Unido. A pesar de un buen comienzo, al albergar la primera cumbre mundial de seguridad sobre IA en noviembre del año pasado, el Reino Unido ahora se ha quedado tranquilo en comparación con su contraparte continental y corre el riesgo de perder su posición como pionero en innovación de IA. El discurso en torno a la IA en 2023 giró en gran medida en torno a la amenaza que representa, y muchos advirtieron contra el “riesgo existencial” de la tecnología. El enfoque de este año ha sido mucho más práctico, analizando la regulación, la adopción y el marco que podemos crear para que las empresas vean los impactos positivos tangibles que la IA puede generar. Europa está avanzando con marcos regulatorios integrales y el rápido crecimiento de nuevas empresas de IA como la francesa Mistral AI. Es hora de que el Reino Unido enfrente la realidad de que su impulso inicial puede no ser suficiente para sostener su liderazgo en un panorama en rápida evolución. Sin medidas proactivas para reforzar su posición y fomentar la innovación segura, corremos el riesgo de perder nuestra ventaja competitiva frente a quienes definen activamente la trayectoria del desarrollo y despliegue de la IA. Ecosistemas de startups El Reino Unido, y en particular Londres, sigue siendo uno de los mejores destinos del mundo para empresas tecnológicas y startups. Según clasificaciones recientes, Londres ocupa el segundo lugar a nivel mundial junto con Nueva York, solo detrás de Silicon Valley, en términos de tener el mejor ecosistema de startups para que florezcan las empresas de tecnología. Londres también sigue liderando como el centro tecnológico más grande de Europa, y sus nuevas empresas habrán recaudado casi tanta inversión en 2023 como las siguientes tres ciudades europeas (París, Estocolmo y Berlín) juntas. Además de esto, el Reino Unido sigue siendo la tercera economía tecnológica más grande del mundo, sólo detrás de Estados Unidos y China, lo que aumenta su atractivo como centro para pioneros internacionales y pequeñas empresas por igual. La IA avanza a una velocidad sin precedentes y el Reino Unido debe asegurarse de que su enfoque ligero en materia de regulación no se convierta en un enfoque totalmente no intervencionista. Gavin Poole, Here East Sin embargo, mantener este estatus requiere una adaptación continua. El éxito tanto a nivel nacional como global exige un delicado equilibrio entre innovación y agilidad regulatoria. Los marcos sólidos son invaluables para garantizar el despliegue responsable de la IA generativa, pero también deben tener cuidado de no sofocar la innovación que nos impulsa hacia adelante. El año pasado, el gobierno del Reino Unido enfatizó la importancia de una actitud favorable a la innovación hacia la IA, evitando reglas o estándares restrictivos que podrían sofocar el progreso en lugar de alentarlo. Sin embargo, la IA está avanzando a una velocidad sin precedentes, y el Reino Unido debe asegurarse de que su enfoque ligero en materia de regulación no se convierta en uno completamente no intervencionista. En lugar de frenar el progreso, como algunos creen, los marcos de gobierno pueden crear un entorno seguro para que las empresas implementen y experimenten con tecnologías emergentes. Comprender la IA no se trata sólo de limitarla, sino de ayudar a construir bases y pilares de apoyo en los que las empresas puedan apoyarse. Innovación responsable Si bien las restricciones excesivas pueden impedir la creatividad y el potencial de las empresas impulsadas por la IA, la falta de supervisión corre el riesgo de socavar la confianza pública y alimentar preocupaciones éticas. El éxito no se trata solo de despejar el camino para que los grandes gigantes tecnológicos lideren la carga, sino de crear y fomentar un entorno donde estos nuevos modelos disruptivos puedan ser utilizados por empresas más pequeñas y nuevas empresas para generar valor y obtener una ventaja competitiva. En este contexto, la regulación debe verse como un facilitador de la innovación responsable, como una forma de garantizar que los seres humanos sigan estando al mando. Al implementar pautas y estándares claros, el gobierno puede brindar a las empresas y organizaciones la confianza y certeza que necesitan para invertir en herramientas y tecnologías emergentes. El esquema del marco regulatorio de IA del gobierno del Reino Unido, publicado en febrero, presenta un enfoque “pro-innovación”. Es prometedor ver esta conciencia sobre la necesidad de directrices, pero los principios no legislativos se centran en los actores clave involucrados en el desarrollo de la IA. Para fomentar la innovación inclusiva, el Reino Unido debe involucrar a tantas voces como sea posible a la hora de dar forma al panorama regulatorio. Esto significa colaborar activamente no sólo con las grandes corporaciones tecnológicas, sino también con las nuevas empresas, las instituciones educativas y las empresas más pequeñas. Como ya hemos visto, la inversión específica en investigación y desarrollo puede estimular la creación de herramientas de inteligencia artificial que tienen el potencial de resolver algunos de los desafíos más apremiantes del mundo, desde reducir la contaminación hasta optimizar los lugares de trabajo y ayudar en soluciones de atención médica. Recientemente, hemos visto una herramienta de inteligencia artificial del NHS identificar cánceres diminutos que los médicos humanos no detectan y el desarrollo de una nueva herramienta que puede predecir qué pacientes con cáncer de mama tienen mayor riesgo de sufrir efectos secundarios posteriores al tratamiento. Talento de próxima generación Otra parte clave para garantizar el éxito y el crecimiento implica invertir en la próxima generación de talento. El reciente anuncio del gobierno de más de mil millones de libras en financiación para estudiantes de doctorado en futuros campos tecnológicos es un paso en la dirección correcta. De cara al futuro, debemos seguir facilitando esta colaboración entre la academia y la industria, asegurando que los estudiantes adquieran experiencia práctica en estos sectores cada vez más importantes y que las empresas tengan acceso al talento del futuro para proteger y hacer crecer nuestra economía. En última instancia, lograr el equilibrio entre regulación e innovación requerirá una estrecha colaboración entre los formuladores de políticas, los líderes de la industria y las instituciones académicas. El Reino Unido no puede darse el lujo de dormirse en los laureles ni subestimar los desafíos que le esperan. La aprobación de la innovadora Ley de IA de la UE es una llamada de atención para el Reino Unido: un recordatorio de que debemos adaptar y evolucionar nuestras directrices para mantenernos a la vanguardia. El escenario ideal es un marco que fomente el crecimiento e invierta en talento local y potencial futuro, para consolidar aún más nuestra posición como líder global en innovación en IA. Gavin Poole es director ejecutivo de Here East.

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