¿Alguna vez te has preguntado cómo llega un correo electrónico enviado desde Nueva York a Sydney en cuestión de segundos, o cómo puedes chatear por video con alguien al otro lado del mundo sin apenas un atisbo de retraso? Detrás de estos milagros cotidianos se esconde una extensa red invisible de cables submarinos que silenciosamente alimentan las comunicaciones globales instantáneas en las que la gente ha llegado a confiar. Los cables submarinos, también conocidos como cables de comunicaciones submarinos, son cables de fibra óptica tendidos en el fondo del océano y utilizados para transmitir datos entre continentes. Estos cables son la columna vertebral de Internet global y transportan la mayor parte de las comunicaciones internacionales, incluidos correos electrónicos, páginas web y videollamadas. Más del 95% de todos los datos que se mueven por el mundo pasan por estos cables submarinos. Estos cables son capaces de transmitir múltiples terabits de datos por segundo, lo que ofrece el método de transferencia de datos más rápido y confiable disponible en la actualidad. Un terabit por segundo es suficiente para transmitir alrededor de una docena de películas 4K HD de dos horas de duración en un instante. Solo uno de estos cables puede soportar que millones de personas vean videos o envíen mensajes simultáneamente sin disminuir la velocidad. Alrededor de 485 cables submarinos que suman más de 900.000 millas se encuentran en el fondo del océano. Estos cables atraviesan los océanos Atlántico y Pacífico, así como pasos estratégicos como el Canal de Suez y áreas aisladas dentro de los océanos. Tendido de cables bajo el mar Cada cable submarino contiene múltiples fibras ópticas, finas hebras de vidrio o plástico que utilizan señales luminosas para transportar grandes cantidades de datos a largas distancias con una pérdida mínima. Las fibras están agrupadas y revestidas en capas protectoras diseñadas para resistir el duro entorno submarino, incluida la presión, el desgaste y los posibles daños causados ​​por las actividades pesqueras o las anclas de los barcos. Los cables suelen ser tan anchos como una manguera de jardín. El proceso de tendido de cables submarinos comienza con estudios exhaustivos del fondo marino para trazar un mapa con el fin de evitar peligros naturales y minimizar el impacto ambiental. Después de este paso, los barcos tendidos de cables equipados con bobinas gigantes de cable de fibra óptica navegan por la ruta predeterminada. A medida que el barco se mueve, el cable se desenrolla y se tiende con cuidado en el fondo del océano. En ocasiones, el cable se entierra en sedimentos del fondo marino en aguas poco profundas para protegerlo contra actividades pesqueras, anclas y eventos naturales. En zonas más profundas, los cables se tienden directamente sobre el fondo marino. A lo largo de la ruta, se instalan repetidores a intervalos para amplificar la señal óptica y garantizar que los datos puedan viajar largas distancias sin degradarse. Todo este proceso puede llevar meses o incluso años, dependiendo de la longitud y complejidad del recorrido del cable. Amenazas a los cables submarinos Cada año, se estima que entre 100 y 150 cables submarinos son cortados, principalmente accidentalmente por equipos de pesca o anclas. Sin embargo, la posibilidad de sabotaje, particularmente por parte de los Estados-nación, es una preocupación creciente. Estos cables, cruciales para la conectividad global y propiedad de consorcios de empresas de Internet y telecomunicaciones, a menudo se encuentran en lugares aislados pero de conocimiento público, lo que los convierte en blancos fáciles para acciones hostiles. La vulnerabilidad se puso de relieve por fallas inexplicables en múltiples cables frente a la costa de África occidental el 14 de marzo de 2024, lo que provocó importantes interrupciones de Internet que afectaron al menos a 10 países. Varios fallos de cables en el mar Báltico en 2023 despertaron sospechas de sabotaje. El corredor estratégico del Mar Rojo se ha convertido en un punto focal para las amenazas a los cables submarinos. Un incidente notable fue el ataque al carguero Rubymar por parte de rebeldes hutíes. El daño posterior a los cables submarinos desde el ancla del barco no solo interrumpió una parte significativa del tráfico de Internet entre Asia y Europa, sino que también puso de relieve la compleja interacción entre los conflictos geopolíticos y la seguridad de la infraestructura global de Internet. Protección de los cables Los cables submarinos se protegen de varias maneras, empezando por la planificación estratégica de rutas para evitar peligros conocidos y áreas de tensión geopolítica. Los cables están fabricados con materiales resistentes, incluida una armadura de acero, para soportar las duras condiciones del océano y los impactos accidentales. Más allá de estas medidas, los expertos han propuesto establecer “zonas de protección de cables” para limitar las actividades de alto riesgo cerca de los cables. Algunos han sugerido enmendar las leyes internacionales sobre cables para disuadir el sabotaje extranjero y desarrollar tratados que harían ilegal esa interferencia. El reciente incidente en el Mar Rojo muestra que la ayuda para estos desafíos de conectividad podría estar más arriba que abajo. Después de que los cables se vieron comprometidos en la región, los operadores de satélites utilizaron sus redes para desviar el tráfico de Internet. Es probable que los cables submarinos sigan transportando la gran mayoría del tráfico de Internet del mundo en el futuro previsible, pero un enfoque combinado que utilice tanto cables submarinos como satélites podría proporcionar una medida de protección contra los cortes de cables. Robin Chataut es profesor asistente de ciberseguridad e informática en la Universidad de Quinnipiac. The Conversation es una fuente independiente y sin fines de lucro de noticias, análisis y comentarios de expertos académicos. © La conversación

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