El contenido de esta publicación es responsabilidad exclusiva del autor. AT&T no adopta ni respalda ninguna de las opiniones, posiciones o información proporcionada por el autor en este artículo. En nuestro mundo siempre en línea, nos enfrentamos a un nuevo tipo de amenaza cibernética que es tan furtiva como dañina: los ataques subtextuales. Estas no son violaciones de seguridad comunes y corrientes; son mensajes astutamente elaborados que pueden parecer inofensivos, pero en realidad llevan una carga peligrosa en su interior. Únase a mí mientras observamos más de cerca esta amenaza que pasa desapercibida, pero aún es peligrosa. Exploraremos cómo estos mensajes engañosos pueden burlar nuestras defensas, engañar a las personas para que realicen acciones no deseadas y robar información confidencial sin siquiera activar una alarma. El auge de los ataques subtextuales A diferencia de los ciberataques tradicionales, que suelen ser directos e identificables, los ataques subtextuales se basan en la sutileza y el engaño. Los atacantes crean mensajes que en la superficie parecen inofensivos o no relacionados con ninguna actividad maliciosa. Sin embargo, dentro de estas comunicaciones hay instrucciones, enlaces o información que pueden comprometer la seguridad, manipular el comportamiento o extraer datos confidenciales. Y no sólo es primordial el big data en la publicidad y otras vías, sino que también es como guardar todo en la billetera: es conveniente, incluso útil, pero les indica a los atacantes que realmente estás dispuesto a poner todos tus huevos en una sola canasta cuando se trata de a las comunicaciones. Estos ataques explotan los matices del lenguaje y el contexto y requieren una comprensión sofisticada de la comunicación humana y los patrones de interacción digital. Por ejemplo, un correo electrónico aparentemente benigno puede incluir una selección específica de palabras o frases que, cuando se interpretan correctamente, revelan un comando oculto o un enlace disfrazado a un sitio malicioso. Manipulación psicológica a través del subtexto Los ataques subtextuales también aprovechan la manipulación psicológica, influyendo en las personas para que actúen de maneras que comprometan la seguridad o divulguen información confidencial. Al comprender los desencadenantes psicológicos y los patrones de comportamiento de los objetivos, los atacantes elaboran mensajes que guían sutilmente las acciones del destinatario. Por ejemplo, un atacante podría utilizar técnicas de ingeniería social combinadas con señales subtextuales para convencer a un usuario de que eluda los protocolos de seguridad normales. Un correo electrónico que parece provenir de un colega o superior de confianza, que contiene sugerencias o pistas sutiles, puede ser más eficaz para provocar ciertas acciones que una solicitud o orden directa. Los atacantes también pueden explotar el principio de urgencia o escasez, incorporando señales sutiles en las comunicaciones que incitan al destinatario a actuar rápidamente, evitando su pensamiento crítico habitual o sus procedimientos de seguridad. La evolución de la ciencia forense digital Para combatir el creciente aumento de los ataques subtextuales, el campo de la ciencia forense digital ha evolucionado significativamente durante la última década. Inicialmente centrada en recuperar y analizar información electrónica para investigar delitos, la ciencia forense digital ahora incorpora análisis lingüístico avanzado, reconocimiento de patrones de datos y aprendizaje automático para detectar amenazas ocultas. Las herramientas forenses digitales modernas pueden analizar grandes cantidades de datos para identificar anomalías o patrones indicativos de señales subtextuales. Estas herramientas examinan no sólo el contenido sino también los metadatos de las comunicaciones, buscando irregularidades en la información del remitente, el tiempo y el enrutamiento de la red que podrían indicar un ataque subtextual. Aún más, muchas organizaciones han comenzado a utilizar servicios de monitoreo de la web oscura, ya que los datos extraídos de las comunicaciones digitales son revendidos o utilizados por actores nefastos como trofeo de sus conquistas de piratería. Además de esto, sabemos que la seguridad de los datos es primordial en todas las industrias; sin embargo, si su empresa se encuentra en un campo que maneja habitualmente información confidencial, como atención médica o finanzas, automáticamente estará bajo un mayor escrutinio. Asegurarse de cumplir con las pautas y regulaciones, como garantizar un alojamiento compatible con HIPAA o PCI, es esencial para las empresas en esas áreas. De lo contrario, usted será responsable en términos legales y podría estar sujeto a multas abrumadoras por parte de los organismos reguladores. Ejemplos de ataques subtextuales Hay varias formas en que los actores de mala fe pueden aprovechar el subtexto a través de una variedad de vectores de ataque para alcanzar sus objetivos maliciosos. Echemos un vistazo más de cerca a varios ejemplos: ● Ataques de phishing: quizás el ejemplo más sencillo y notable de ataques subtextuales, las campañas de phishing consisten en que los atacantes envían correos electrónicos que imitan a una entidad confiable, como un banco, para engañar a los destinatarios para que proporcionen información confidencial o restringida. . Esta táctica explota la confianza y la familiaridad, incorporando intenciones maliciosas en comunicaciones aparentemente legítimas. ● Ataques de ransomware y doble extorsión: el ataque a Software AG demuestra una táctica de doble extorsión en la que los atacantes cifraron y robaron datos confidenciales, exigiendo un rescate. Cuando la empresa se negó a pagar, los atacantes filtraron los datos en línea, lo que agravó el impacto del ataque. Este tipo de ataque manipula al objetivo hasta llevarlo a una situación en la que todos pierden, aprovechando el subtexto del valor crítico de los datos robados. ● Relleno de credenciales y ataques de contraseñas: La Agencia Tributaria de Canadá experimentó un ataque de contraseña en el que los atacantes utilizaron credenciales previamente violadas para acceder a miles de cuentas. Esta técnica se basa en la sutil suposición de que muchos usuarios reutilizan contraseñas, una vulnerabilidad subtextual que los atacantes aprovechan para obtener acceso no autorizado. Como puede ver, en todos los casos proporcionados, el peligro subyacente es este: el ataque está enmascarado por la normalidad o la confianza, lo que requiere mecanismos de defensa vigilantes y sofisticados. Fortalecimiento de las defensas contra ataques subtextuales Para protegerse contra ataques subtextuales, las organizaciones y los individuos deben adoptar un enfoque de seguridad de múltiples capas que incluya tanto soluciones tecnológicas como vigilancia humana. La capacitación moderna en ciberseguridad ahora debería incluir pruebas de concientización que también encapsulen este nuevo paradigma menos manifiesto, enseñando a los asistentes cómo examinar y examinar adecuadamente no solo los elementos sencillos y obvios que conforman la comunicación digital, sino también a considerar el contexto y el subtexto. De la misma forma en que se pueden simular ataques más convencionales con el uso de diversas herramientas de pentesting, deberías considerar “simular” un ataque a través de comunicaciones digitales. Por supuesto, debe informar a los miembros de su equipo o empleados que estas pruebas se realizarán con anticipación. Enviar correspondencia comercial con signos sutiles de intenciones maliciosas, como, por ejemplo, desde una dirección de correo electrónico ligeramente diferente o mal escrita, que contiene enlaces sospechosos o solicita acceso a archivos o información que el remitente no debería tener conocimiento, son solo algunas ideas. Mejores prácticas y herramientas para incorporar Sin embargo, la concienciación sobre la ciberseguridad es sólo la mitad de la batalla; también necesitas las herramientas adecuadas para librar esa batalla de manera efectiva. Dependiendo de la naturaleza exacta, la línea de trabajo y la complejidad inherente a su organización, sus necesidades variarán, por lo que un buen lugar para comenzar es con lo que es universal. Para usar un ejemplo simple, cada organización tiene la necesidad de llevar registros y contabilidad; adoptar una solución como un SDK de PDF puede brindarle a su organización mucho más control sobre cómo se manejan sus documentos en términos de administración de acceso y almacenamiento. Las defensas tecnológicas también deberían incluyen herramientas avanzadas de análisis de contenido que son capaces de detectar activamente señales sutiles y anomalías en el lenguaje y el comportamiento. Estos sistemas deben aprender y adaptarse continuamente a las tácticas cambiantes de los atacantes al tiempo que incorporan inteligencia artificial y aprendizaje automático para mantenerse un paso por delante. Por último, tenga en cuenta que los actores maliciosos no siempre se harán pasar por personas dentro de su organización; a menudo pueden (y lo hacen) hacerse pasar por clientes o socios comerciales. La comunicación regular con las personas con las que colabora puede servir para eliminar algunos de estos intentos de intrusión, pero como protección final, considere invertir en características como una API de firma digital o un sistema de autenticación multifactor para asegurarse de que todos los acuerdos sean transparentes y rastreables. . Mantener sus sistemas seguros Como puede ver claramente, nos enfrentamos a una nueva generación de amenazas cibernéticas que son más furtivas que nunca. Los ataques subtextuales son complicados porque ocultan sus malas intenciones detrás de mensajes de apariencia normal, explotando tanto métodos de alta tecnología como nuestra propia psicología humana. Es una astuta combinación de tecnología y juegos mentales, que hace que estas amenazas sean difíciles de detectar y aún más difíciles de defender, pero aquí está el truco: a medida que estas amenazas se vuelven más sofisticadas, también lo hacen nuestras estrategias para combatirlas. Necesitamos estar alerta, combinando soluciones tecnológicas inteligentes con una buena dosis de pensamiento crítico y un saludable escepticismo ante cualquier cosa que parezca fuera de lugar.