En cualquier momento surgirá una industria en la que se escaneará tu cara y tu cuerpo, se grabará tu voz y tus comunicaciones se introducirán en el sistema, para que sepa cómo usas las palabras. A partir de ese momento, una versión virtual de usted puede dejar mensajes de video de alta resolución con un simple comando que le da a sus gafas AI. En otras palabras, dices: «Envíale un mensaje a Janet y hazle saber que llegaré tarde». Luego Janet recibe un vídeo de «tú» diciéndole que llegarás tarde. Cuando ella te pregunte dónde estás ahora, el video digital le dirá según tu ubicación actual. Cuando ella le dice al tú digital que no puede reunirse tarde hoy y que debemos programarlo para otro momento, el tú en video dice: “Ok, no hay problema. ¿Qué tal mañana, a la misma hora? Recibe una notificación y, después de su aprobación, la reunión se reprograma en su calendario. Asimismo, cuando alguien intenta realizar una videollamada y no respondes, el virtual puedes ocupar tu lugar e intentar gestionar cualquier negocio que surja a través de la llamada. En unos pocos años, esta tecnología avanzará hasta el punto en que nadie podrá estar seguro de si está haciendo una videollamada con usted o con su clon de IA.