Pero los Abruzos salvajes no se componen sólo de desafíos exigentes. Durante la ruta, gracias a los permisos especiales que solicitó la organización, tuvimos el privilegio de sumergirnos en paisajes impresionantes a través de calles estrechas rodeadas de vegetación y apreciar la belleza incontaminada de la naturaleza circundante. Durante el primer día, sin embargo, la lluvia nos desafió y nos quedamos atrapados en medio del bosque debido al barro y la hierba mojada que juntos creaban una mezcla similar al jabón, era imposible mantenernos en pie incluso sin una moto. En esa situación tuve que buscar una vía de escape a través de un campo arado cercano, poniendo a prueba mis habilidades de conducción, tres caídas, mucho sudor pero al final llegamos al asfalto.