La llegada de los teléfonos móviles no solo trajo consigo maravillas tecnológicas, sino que también provocó preocupaciones persistentes de que la exposición prolongada a las ondas de radio pudiera causar cáncer cerebral, una idea que todavía está presente en la actualidad. Si bien una amplia investigación ha refutado ese posible vínculo, una nueva revisión respalda aún más estos hallazgos anteriores. Ya sabemos que los dispositivos móviles, desde los teléfonos con funciones básicas hasta los teléfonos inteligentes, dependen de la tecnología celular, que a su vez utiliza ondas de radio clasificadas como radiación no ionizante. Debido a la forma en que se utilizan normalmente, sosteniendo el teléfono en la oreja y cerca de la cabeza, se ha convertido en un enigma que las frecuencias de radio emitidas puedan causar peligros para la salud relacionados con la cabeza, como el cáncer. No se preocupe, es poco probable que su teléfono inteligente provoque tumores La última revisión sistemática, respaldada por la Organización Mundial de la Salud (OMS), analizó más de 5000 estudios, que abarcan los publicados entre 1994 y 2022, o durante el período de 1G y 2G hasta la adopción temprana de las tecnologías de banda ancha inalámbrica 5G. Los hallazgos, publicados en la revista Environmental International, no encontraron una asociación significativa entre el uso de teléfonos inteligentes y el cáncer cerebral por exposición a radiofrecuencias. La Agencia Australiana de Protección Radiológica y Seguridad Nuclear (ARPANSA), que dirigió el estudio, concluyó que la misma exposición prolongada no se correlaciona con otros cánceres de cabeza y cuello como los del sistema nervioso y la médula espinal. Apple iPhone 15 Pro Max / © nextpit Estos datos incluían el uso a largo plazo de teléfonos inteligentes que abarcó más de una década, como las frecuencias de llamadas y el número total de llamadas. Aun así, también incluía que la exposición a estaciones celulares y antenas no está relacionada con los riesgos de tumores cerebrales y leucemia para los niños. La revisión también siguió un estudio realizado en 2011 por la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC), que es miembro de la OMS, que afirmó que las ondas de radiofrecuencia de los dispositivos móviles se consideraban «posiblemente cancerígenas». Sin embargo, se cree que esto se ha malinterpretado en gran medida porque solo se basó en evidencia muy limitada, según la agencia australiana. Más allá de los hallazgos tranquilizadores, los fabricantes de teléfonos móviles hoy también están obligados a cumplir con medidas de seguridad básicas, como permitir solo un cierto valor para SAR o tasa de absorción específica en los teléfonos inteligentes. ¿Qué significa esto para los usuarios? Básicamente, uno puede dejar de lado sus ideas erróneas sobre los efectos de alteración del ADN del uso de teléfonos inteligentes. ¿Y usted? ¿Qué piensa al respecto? Queremos escuchar su opinión. Oferta de afiliados