Sólo hay que fijarse en las diferencias en el consumo de energía entre GPU y CPU. Las CPU estaban bien para la mayoría del procesamiento tradicional, en la nube y localmente. Sin embargo, el cambio hacia la IA ha convertido a las GPU en los procesadores preferidos. Las GPU consumen más energía debido a su diseño para procesamiento paralelo, que es necesario para la representación de gráficos y cálculos intensivos en IA y juegos. Las mejores GPU utilizan entre 200 y más de 450 vatios, mientras que las CPU de escritorio de gama alta oscilan entre 65 y 150 vatios. Las GPU de gama media utilizan entre 100 y 250 vatios, mientras que las CPU de gama media suelen consumir alrededor de 65 vatios. Reemplazar las CPU por GPU requerirá mucha más energía, refrigeración y centros de datos. Las empresas están telegrafiando una gran demanda de IA. Si haces los cálculos, rápidamente descubrirás que no se genera suficiente energía en el planeta para satisfacer esas demandas futuras. El sonido del silencio Discutir el impacto ambiental de la expansión masiva de los centros de datos podría empañar el atractivo de la IA y su potencial aparentemente infinito. Por lo tanto, muchas empresas centran los debates públicos en el potencial innovador y transformador de la IA en lugar de en sus desafíos ambientales.