No ha sido una gran semana para el negocio publicitario de Google. Después de recibir una demanda de 2.100 millones de euros en Europa, los reguladores canadienses han ampliado una investigación para determinar si abusó de su posición en el mercado para anular plataformas rivales. En un comunicado emitido el jueves, la Oficina de Competencia de Canadá reveló que se le había concedido una orden judicial que obligaba a Google a producir registros relacionados con su negocio publicitario. La orden marca el último capítulo de la investigación de cuatro años que llevan a cabo los canadienses sobre el negocio publicitario de Google. El regulador está ampliando el alcance de la investigación para determinar en qué medida Google utilizó su posición en el mercado para perjudicar o perjudicar a sus competidores. También quieren saber si el gigante de las búsquedas puede haber incurrido en precios predatorios, una práctica en la que las corporaciones aprovechan su escala para bajar los precios hasta el punto en que ya no sea rentable para los rivales competir. Según la Oficina, se necesita más información para determinar si Google intencionalmente tuvo un comportamiento que resultó en precios más altos para los consumidores, o si perjudicó o redujo de otro modo la competencia en el espacio publicitario gráfico. «La investigación está en curso y no hay conclusión alguna sobre irregularidades en este momento», declaró la Oficina en un comunicado. Google ha negado sistemáticamente las acusaciones de que su negocio publicitario perjudica a la competencia, argumentando en cambio que sus plataformas han ayudado a millones de sitios web a tener éxito. Le hemos pedido a Google comentarios sobre la investigación canadiense y le informaremos si recibimos respuesta. La orden judicial llegó cuando Google fue criticado por más de 30 organizaciones de medios europeas, que presentaron una demanda de 2.100 millones de euros por la tecnología publicitaria anticompetitiva del gigante de las búsquedas. Como informamos el jueves, los editores alegaron que las tecnologías de Google resultaron en pérdida de ingresos y precios más altos para los clientes, ambos indicadores clave de comportamiento anticompetitivo. Mientras tanto, en Estados Unidos, en septiembre comenzará una demanda contra Google presentada el año pasado por el Departamento de Justicia y los fiscales generales de ocho estados. La demanda alega que Google violó la Ley Sherman al monopolizar múltiples tecnologías de publicidad digital y, por lo tanto, debería disolverse. Pero Google no sólo está recibiendo críticas: también las está repartiendo. A principios de esta semana, el vicepresidente de Google Cloud, Amit Zavery, criticó al proveedor de nube rival Microsoft y pidió a los reguladores que actúen contra las prácticas de licencias anticompetitivas del gigante del software. ®

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