La modernización se ha convertido en una apuesta segura para las organizaciones, pero la transición a la nube requiere una nueva pila de tecnología. Cada vez más, los líderes de TI recurren a las tecnologías de la nube y Kubernetes para ayudar a los desarrolladores y equipos de operaciones a implementar, administrar y escalar aplicaciones con mayor facilidad. Sin embargo, la creciente complejidad del desarrollo de aplicaciones modernas plantea desafíos importantes para los desarrolladores y equipos de operaciones o SRE (ingeniería de confiabilidad del sitio), desde seguir el ritmo de los rápidos avances tecnológicos y las integraciones hasta manejar la multitud de herramientas y servicios de soporte esenciales para construir, implementar y administrar aplicaciones modernas. Esto se complica aún más por las dependencias de la infraestructura y los procesos manuales, lo que genera una presión adicional sobre los equipos. De hecho, una de cada cuatro organizaciones tarda tres meses o más solo en implementar una aplicación. Entran en escena los equipos de ingeniería de plataformas, formados para desempeñar un papel fundamental en la centralización de esfuerzos y la gestión de las complejidades del desarrollo de aplicaciones modernas. Según Forrester, más de las tres cuartas partes de las organizaciones de alto rendimiento están adoptando equipos de plataformas. Las organizaciones actuales dependen de los equipos de plataformas para eliminar las complejidades del panorama del software moderno, acelerando así la transformación digital, fomentando una cultura de innovación y eficiencia y, en última instancia, dando lugar a empresas mejores, más rápidas y más sólidas. Los mariscales de campo de la innovación Muchas organizaciones reconocen ahora a los equipos de plataforma como los mariscales de campo de la innovación, los más adecuados para abstraer la complejidad, identificar el mejor camino hacia la eficiencia y crear un trampolín muy necesario hacia la adopción de la nube y Kubernetes. Los equipos de plataforma están especialmente equipados para optimizar la asignación de recursos porque se encuentran entre los desarrolladores y la infraestructura de la nube y la computación que necesitan los desarrolladores, y pueden maximizar la eficiencia y la eficacia de los procesos de desarrollo de software.