El cofundador de Telegram, Pavel Durov, fue arrestado el sábado por la noche en un aeropuerto a varios kilómetros al norte de París, según los medios de comunicación franceses BFMTV y TF1. Ambos medios informan que el multimillonario CEO había llegado desde Azerbaiyán en un avión privado y que era objeto de una orden de registro francesa por la falta de moderadores de la aplicación y su presunto uso en el tráfico de drogas, lavado de dinero y la distribución de material de abuso infantil. Hasta el momento, ni las autoridades francesas ni Durov han emitido declaraciones sobre el arresto. Sin embargo, Telegram comentó en X, anteriormente Twitter, que «Durov no tiene nada que ocultar», mientras que los funcionarios rusos supuestamente condenaron la detención como un ataque a la libertad de expresión. El propietario de X, Elon Musk, también publicó sobre moderación y libertad de expresión después de los informes. Una publicación en la cuenta X de Telegram dijo que la compañía «cumple con las leyes de la UE» y sus esfuerzos de moderación están «dentro de los estándares de la industria». La publicación continuó: «Es absurdo afirmar que una plataforma o su propietario son responsables del abuso de esa plataforma». La compañía agregó que está «esperando una resolución rápida». Durov nació en Leningrado (ahora San Petersburgo) y es ciudadano naturalizado de Francia y los Emiratos Árabes Unidos. Antes de Telegram, el ejecutivo tecnológico cofundó VKontakte, la respuesta rusa a Facebook. Según se informa, Durov vendió su participación en VKontakte y abandonó Rusia en 2014 por las demandas de censura del estado. Telegram tiene actualmente su sede en Dubai, y Durov dijo en abril que la aplicación tiene casi mil millones de usuarios. Durov tiene 39 años y una fortuna estimada de 15.500 millones de dólares, según Forbes. En julio, el ejecutivo tecnológico dijo que era donante de esperma, tenía «más de 100 hijos biológicos» y planeaba «publicar en código abierto» sus datos personales. [his] Según se informa, Telegram ha censurado contenido en el pasado, incluidos los canales de Hamás y los «llamados públicos a la violencia» relacionados con el ataque al Capitolio de Estados Unidos. Sin embargo, los gobiernos chocan con frecuencia con Telegram por su postura sobre la moderación de contenido y la privacidad, así como por su uso por parte de los manifestantes. Rusia intentó bloquear Telegram después de que la empresa se negara a entregar claves de cifrado en 2018. Un año después, Durov afirmó que China había lanzado ciberataques contra el servicio para reprimir las protestas en Hong Kong. Cuba bloqueó la aplicación en 2021 en medio de protestas por la respuesta del gobierno al Covid-19, y dos años después, un tribunal español bloqueó brevemente el acceso a Telegram tras quejas por derechos de autor de grupos de medios locales.