La mayor limitación de los robots diminutos es, naturalmente, su tamaño. Cuanto más pequeño es el robot, más difícil es desarrollar componentes. Uno de los principales retos es encontrar una fuente de energía. Algunos sistemas utilizan ingeniosas soluciones alternativas, como estos robots del tamaño de una célula, que utilizan un fotodiodo para acceder al nivel diminuto de electricidad necesario para realizar su trabajo. Sin embargo, los sistemas más avanzados requerirán una fuente de energía dedicada. El MIT presentó esta semana unas baterías diminutas diseñadas específicamente para alimentar estos sistemas y ejecutar tareas tan variadas como dirigir la administración de fármacos dentro del cuerpo humano o comprobar si hay fugas de gas en las tuberías. La fuente de energía mide 0,1 milímetros de largo por 0,002 milímetros de grosor, aproximadamente el grosor de un mechón de pelo. A pesar del tamaño apenas visible, los investigadores dicen que las baterías pueden generar hasta 1 voltio, que se puede utilizar para alimentar un sensor, un circuito o incluso un actuador móvil. «Creemos que esto va a ser muy útil para la robótica», explicó el profesor Michael Strano, autor principal del artículo. “Estamos construyendo funciones robóticas en la batería y empezando a unir estos componentes para formar dispositivos”. Los sistemas todavía están atados a un dispositivo externo, aunque los investigadores están convencidos de que podrán diseñar una versión de la fuente de energía completamente encerrada por el pequeño robot. El equipo también está trabajando para aumentar el nivel de voltaje que puede generar el sistema. “Esto va a formar el núcleo de muchos de nuestros esfuerzos robóticos”, agregó Strano. “Se puede construir un robot alrededor de una fuente de energía, de manera similar a como se puede construir un automóvil eléctrico alrededor de la batería”.