Las herramientas de inteligencia artificial generativa ahorrarán mucho tiempo y dinero a las empresas, promete Vik Singh, vicepresidente de Microsoft, aunque los modelos deben aprender a admitir cuando no saben qué hacer. «Para ser sincero, lo que realmente falta hoy en día es que un modelo no levante la mano y diga ‘Oye, no estoy seguro, necesito ayuda'», dijo Singh a la AFP en una entrevista. Desde el año pasado, Microsoft, Google y sus competidores han estado implementando rápidamente aplicaciones de inteligencia artificial generativa como ChatGPT, que producen todo tipo de contenido a pedido y dan a los usuarios la ilusión de omnisciencia. Pero a pesar de los avances, todavía «alucinan» o inventan respuestas. Este es un problema importante que debe resolver el ejecutivo de Copilot: los clientes corporativos de Singh no pueden permitirse que sus sistemas de inteligencia artificial se descontrolen, ni siquiera ocasionalmente. Marc Benioff, director ejecutivo de Salesforce, dijo que vio a muchos de sus clientes cada vez más frustrados con los desvíos de Copilot de Microsoft. Singh insistió en que «gente muy inteligente» estaba tratando de encontrar formas para que un chatbot admitiera «cuando no sabe la respuesta correcta y pidiera ayuda». Un modelo más humilde no sería menos útil, en opinión de Singh. Incluso si el modelo tiene que recurrir a un humano en el 50 por ciento de los casos, eso todavía ahorra «toneladas de dinero». En un cliente de Microsoft, «cada vez que llega una nueva solicitud, gastan $8 para que un representante de servicio al cliente la responda, por lo que se pueden obtener ahorros reales y también es una mejor experiencia para el cliente porque obtiene una respuesta más rápida». Singh llegó a Microsoft en enero y este verano asumió como jefe de los equipos de desarrollo de «Copilot», el asistente de inteligencia artificial de Microsoft que se especializa en ventas, contabilidad y servicios en línea. Estas aplicaciones tienen la gigantesca tarea de generar ingresos y justificar las inversiones masivas en inteligencia artificial generativa. En el apogeo del frenesí de la IA, las empresas emergentes que impulsaban la tecnología prometían sistemas tan avanzados que «elevarían a la humanidad», en palabras de Sam Altman, director de OpenAI, que está financiada principalmente por Microsoft. Pero por el momento, la nueva tecnología se utiliza principalmente para aumentar la productividad y, con suerte, los beneficios. Según Microsoft, Copilot puede realizar investigaciones para los vendedores, lo que les permite disponer de tiempo para llamar a los clientes. Lumen, una empresa de telecomunicaciones, «ahorra unos 50 millones de dólares al año» con esto, dijo Singh. Los equipos de Singh están trabajando para integrar Copilot directamente en el software del gigante tecnológico y hacerlo más autónomo. «Digamos que soy un representante de ventas y tengo una llamada de un cliente», sugirió el ejecutivo. Dos semanas después, el modelo puede «dar un empujoncito al representante para que haga un seguimiento, o mejor, simplemente ir y enviar automáticamente el correo electrónico en nombre del representante porque ha sido aprobado para hacerlo». En otras palabras, antes de encontrar una solución al calentamiento global, se espera que la IA libere a la humanidad de tareas aburridas y repetitivas. «Estamos en la primera vuelta», afirma Singh. «Muchas de estas cosas se basan en la productividad, pero obviamente tienen enormes beneficios». ¿Se traducirán todas estas ganancias de productividad en pérdidas de empleo? Los dirigentes de grandes empresas, como K Krithivasan, jefe del gigante indio de las tecnologías de la información TCS, han declarado que la IA generativa prácticamente acabará con los centros de llamadas. Pero Singh, como muchos ejecutivos de Silicon Valley, cuenta con la tecnología para hacer que los humanos sean más creativos e incluso para crear nuevos puestos de trabajo. Mencionó su experiencia en Yahoo en 2008, cuando una docena de editores eligieron los artículos para la página de inicio. «Se nos ocurrió la idea de utilizar la IA para optimizar este proceso y algunas personas preguntaron: ‘Dios mío, ¿qué va a pasar con los empleados?'», explica Singh. El sistema automatizado permitió renovar el contenido más rápidamente, lo que aumentó el número de clics en los enlaces, pero también la necesidad de nuevos artículos. «Al final», afirma el ejecutivo, «tuvimos que contratar a más editores». © 2024 AFP